Pedales que abren caminos.
No se extrañen si cada mañana escuchan
el sonido de un par de llantas sobre el pavimento. Debe ser ella,
seguramente. Sí, Daniela Atehortúa Hoyos, la famosa ciclista
carmelitana.
Despertar temprano no es fácil y mucho
menos para pedalear durante horas. Así inicia el día de esta
joven, con un entrenamiento de más de dos horas desde
las siete de la mañana. Al culminar, llega a su casa, descansa,
almuerza y se dedica a ella, su familia, novio, amigos o, como me lo contó
Daniela, a “estar en el celular y revisar las redes sociales”.
El tiempo libre le gusta dedicarlo a
compartir con sus seres queridos, pero también, a dormir. Ama dormir, y es que
¿quién no ama hacerlo?
Esta carmelitana, en definitiva, nos
demuestra el poder femenino en el ciclismo; sin embargo, no siempre montó
la bicicleta, pues años atrás solía patinar, siendo también una de las
mejores.
“Hace un año y medio monto bicicleta, lo
hago porque me hace feliz y porque allí sobre una bicicleta conoces lugares y
personas a diario”, así, tal cual, me lo dijo Daniela, sonriendo y con una
mirada llena de entusiasmo y amor por este deporte.
Quise preguntarle por el apoyo familiar, o
el de su novio, que bien enamorada sí está. Ella solo me dijo que sus padres,
sus hermanos y el resto de su familia, han sido incondicionales e
importantes en todo este proceso, pues siempre han estado cerquita, siguiendo
sus pasos. Mejor dicho, en palabras de Atehortúa: “Han estado en mis
victorias, han sido mi apoyo para levantarme de los momentos difíciles”. ¡Qué
bonito! ¿No?
Hablamos un buen rato, yo no sabía qué
ofrecerle, porque suponía que una deportista de tan alto rendimiento
debía llevar una dieta rigurosa y pues sí, no estaba tan equivocado.
Daniela tiene una nutricionista, Luisa Monsalve, quien se ha encargado de
mejorar su rendimiento y el de su equipo. Claro, en el ciclismo
también se compite por equipos y, orgullosamente, Daniela pertenece
a Avinal - GW - El Carmen de
Viboral- Indeportes Antioquia.
Al rato, entre charlas, me confiesa que el
deporte la ha llevado a lugares maravillosos, pues viajó a Jalisco México para
los Panamericanos de ruta y pista juvenil, a Montichiari Italia para
el mundial de pista juvenil y, como si fuese poco, a Noruega para el mundial de
ruta juvenil.
Muchos viajes para tan solo tener 19 años
y, en triunfos, ni se diga. Ha sido campeona nacional de la ruta, de la
persecución por equipos y del ómnium. También, campeona panamericana
de la ruta, de la persecución por equipos y subcampeona de la madison. Ama
sentirse con la adrenalina a todo vapor y la aventura a flor de piel.
Sueña en grande, quiere correr para magnos
equipos profesionales en Europa y, en el ámbito académico, desea ser
fisioterapeuta. Se prepara cada día, con fuertes rutinas programadas por sus
entrenadores y, claramente, tratando de cumplir con su ‘dieta’. Aspira conseguir
cada uno de los objetivos que tiene en mente, vinculándolos a su familia, que
son el pilar fundamental en esta formación deportiva y profesional.
Si la ven en la calle no duden en
saludarla, le pueden decir ‘Dani’ o ‘ Danielita’, como muchos le llaman con
cariño.
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